Tal y como anticipé, vamos a comenzar la semana con un
¡examen! Espero que a todos les vaya bien. Antes de la fatídica hora me reúno
con mi tutora para revisar por última vez el examen y confirmar la adecuación
de éste a lo que hemos dado en clase. Ya solo falta hacer las fotocopias y
entregárselo a los alumnos.
Una vez en el aula se palpan los nervios de los alumnos, ya
que yo soy “nueva” para ellos y no saben si les pondré un examen muy difícil.
Pero el ambiente empieza a relajarse cuando les entrego la hoja con los
ejercicios y se dan cuenta de que son actividades al nivel de las vistas en
clase, problemas a los que ellos pueden hacer frente perfectamente. Al poco
rato comienzan las dudas en los ejercicios, pero son dudas que, curiosamente,
me formulan pero las responden ellos mismos. Es como si, una vez que dejan
salir la pregunta, ellos mismos se diesen cuenta de cuál es la respuesta.
Me voy con una buena sensación del examen, pero yo estoy
igual de nerviosa que mis alumnos, o más, por saber los resultados, así es que
sin más demora me pongo a corregirlos. Cuál es mi sorpresa cuando voy viendo
que uno tras otro han sacado ¡grandes notas! Vale, me parecía que el examen
había ido bien, pero no creía que fuesen a estar todos por encima del 8.
En este momento tengo sensaciones encontradas, estoy muy
contenta pero, a la vez me pregunto, ¿habré puesto un examen demasiado fácil?
Durante la revisión de los resultados de los exámenes con mi tutora le comento
mis dudas, ella me tranquiliza asegurándome que el examen tenía el nivel
correcto. Me felicita por los resultados, que según ella son el resultado de mi
esfuerzo preparando las clases y de mi preocupación por hacer lo mejor que
podía por los alumnos. No sé cómo irá el resto de la semana pero es bueno
comenzarla con tanta alegría como tengo yo en estos momentos.
Para terminar el día asisto a una reunión de tutores de 2º
ESO donde la orientadora les pregunta por dónde van en la secuencia de tutorías
programadas para saber si ya pueden pasar el siguiente bloque. Se comenta,
además, un problema que ha tenido lugar con un estudiante de este curso y se
informa a los tutores de las medidas que se han decidido tomar.
El martes fue el día escogido para reunirnos con el
coordinador y ponernos al día. Fuimos contándole como está siendo nuestra
experiencia en el centro y comentando nuestras impresiones. Por imposible que
parezca, todos los estudiantes del Practicum estábamos encantados y, aquellos
que no estaban convencidos de tomar el camino de la enseñanza se han dado
cuenta de que sí les gusta el mundo de la educación.
Como mañana tengo planeado asistir a una tutoría en la que
tenía intención de participar le pido a la orientadora la información que me ha
recomendado la tutora del curso para poder prepararme apropiadamente la
tutoría. La tutoría versa sobre la imagen del individuo y con los alumnos
trabajamos los diferentes puntos de vista para que se den cuenta de cómo surge
esta imagen. Para finalizar la tutoría realizamos una actividad donde ellos
apuntan como se ven a sí mismos y luego se la pasan a un compañero que
contestará a las mismas preguntas desde su punto de vista. Esto les ayuda a
darse cuenta de que ellos pueden tener una visión de sí mismos que no coincide
con lo que los demás piensan.
Después de la tutoría tengo un poco de tiempo libre así pues me
dirijo a hacer una hora de guardia, que resulta ser muy tranquila. Tras ésta me
dirijo a la biblioteca para que la encargada me cuente un poco como funciona
este servicio en el centro. Y cuál fue mi sorpresa cuando veo que hay muchos
alumnos haciendo cola frente a la biblioteca esperando para entrar. La
encargada me comenta que suelen ir a hacer deberes, leer y preparar trabajos.
Realmente esperaba encontrarme algo más vacío, así es que esto supone una grata
alegría. Veo el programa que se usa para el préstamo de libros y echo un
vistazo a los libros disponibles para préstamo, pero el recreo se me queda
corto, así es que decido volver otro día y terminar de ver algunas cosas.
Esta semana todo versa en torno a las correcciones. Les
propuse una actividad extra para poder subir un poco la nota y todos me la han
entregado así pues toca corregirla y luego comentarla con mi tutora. Además
también tengo que corregir las libretas, pero los resultados de éstas ya los
trataré con mi tutora la próxima semana. Ahora toca dejarles ver sus resultados
que tanto esperan. Les corrijo el examen y luego, uno por uno, van viniendo a
la mesa a ver sus resultados. Da una gran satisfacción ver la sonrisa con la
que vuelven a sus sitios tras ver sus notas.
Hace poco que se han dado las notas y mi tutora tiene una
madre que quiere hablar con ella sobre su hijo. Asisto a esta reunión y me doy
cuenta de que algunos padres sí que se preocupan por la evolución de sus hijos.
Esto me apena un poco, solo una madre ha venido a informarse, el resto se han
conformado con ver las notas, aunque
supongo que lo que pasará es que muchos solamente se dirigen al tutor
del estudiante.
Para finalizar la semana acudo al claustro que el instituto
programa todos los trimestres para hablar de la evolución de todos los cursos. En
él, además, se tratan ciertos temas de interés para todo el instituto como son
algunas de las modificaciones que se han hecho a raíz del claustro anterior. En
cuanto a los estudiantes, se ve una comparativa por cursos con respecto al
trimestre anterior y también una comparativa con otros años. Con ello luego se
analizará si las nuevas medidas que se pretenden implementar son efectivas.